jueves, 8 de diciembre de 2011

A LA LIBERACION POR EL SEXO

Decía yo ahí atrás, en artículos del verano, hablando de este curioso caso, que tras las denuncias contra Strauss-Khan podría existir alguna clase de complot o montaje destinado a desprestigiarlo y hacerlo morir política y públicamente hablando.


Tanto Mafissatou Dialio como la periodista francesa Banon, han presentado historias que no son creibles, pero sobre todo hacen ver actitudes y comportamientos que hablan más bien de relaciones con el llamado DSK con mayor o menos contenido sexual, pero siempre consentidas por ellas, cuando no provocadas para conseguir obscuros objetivos. En el primer caso, nada encajaba para una supuesta violación y menos por via oral y en el segundo nadie se puede explicar porque pasados tantos años se acuerda esta señora de reclamar por supuesta agresión sexual.


Ahora un tal Epstein, un conocido periodista de investigación norteamericano, está empezando a hurgar en las alcantarillas y descubriendo cosas o apuntándolas. Y resulta que hay una historia de teléfonos intervenidos, personajes misteriosos que estaban en una habitación del Sofitel, cerca de donde ocurrieron los hechos. Individuos al parecer relacionados con el servicio secreto francés. Y vídeos del hotel en donde se puede ver que el comportamiento de la camarera, que se permitió entrar en una habitación ocupada sin llamar, incumpliendo así las normas de cualquier hotel del mundo, luego salió tan tranquila como si no hubiera pasado nada.


A DSK se lo han cargado, como digo, aprovechando su afición por las mujeres, al parecer desmedida aunque no para él, que parece estar a gusto con su vida sexual.


Lo más curioso de todo esto es que los lios de faldas parece que sólo afectan en su crédito a los políticos y en unos países más que en otros y también depende de la persona y de las circunstancias. Por ejemplo, es de sobras conocida la historia de Marinlyn Monroe con el Presidente John Kennedi y con su hermano. Y sin embargo en ningún momento le perjudicó y eso que eran tiempos más pacatos y de mayor hipocresía social que los de ahora en Norteamérica. Ha habido muchos personajes públicos con amantes más o menos públicas, es decir, conocidas. A Clinton también le pusieron la trampa y funcionó. Así parece que lo inmoral no es que un casado tenga aventuras sino que sea haga público y que todo el mundo se entere.


Nadie repara por lo visto en que las relaciones personales íntimas de cada uno sólo le deberían de incumbir a él mismo y a su pareja. Tampoco en general se tiene en cuenta que en un matrimonio o cualquier otra unión semejante pueden existir pactos o convenios bien respetables, para que cada uno pueda tener su libertad sexual y ello sin menoscabo alguno de la fortaleza amorosa de la relación. Así, solo hay que ver la reacción de la mujer de DSK, apoyándole incondicionalmente cuando se produjeron los hechos de Nueva York. Otro tanto cabe decir de Hilari Clinton.


Uno se pregunta qué pasaría si de pronto tuviéramos una especie de ventana mágica, a través de la cual pudiéramos enterarnos de todos los líos, infidelidades, amoríos y desmadres sexuales de la gente. Y que todo eso pudiera verse con facilidad en internet. Lo más seguro es que la sociedad fuera mucho más normal y las relaciones entre personas más sinceras. Tal vez ocurriera que la cabeza de la gente fuera cambiando y el marido le pudiera decir a la mujer: Oye, sabes que me gusta mucho fulanita. ¿Te importa que me acueste con ella? Bueno, diría ella, pero a mi me gusta tu amigo Felipe ¿Tienes algún inconveniente? Pues que va con todas, así que tienes que cuidarte…


Claro que esta es una conversación del siglo XXII o por ahí, porque esto se lo decían entre sí dos árabes de Arabia Saudita. Calculen como estarían en Suecia a estas alturas.


Udes. saben lo que adelantaríamos si consiguiéramos eliminar o minimizar los celos del panorama humano? Si consiguiéramos separar el sexo del amor, o mejor, convertir al amor en algo por encima del sexo?


Bueno, en primer lugar, terminaríamos, casi seguro, con el trauma enorme de la violencia de género, que aunque parezca que sólo la practica el hombre, no se lo crean, porque la mujer es a veces más cruel e incluso más violenta, aunque más sutil en su forma de torturar al macho. El noventa por ciento o más de los crímenes que se cometen, calificados como de “violencia de género”, son en realidad, asunto de celos, de posesión, de dominación de una persona sobre otra.


Naturalmente que la principal víctima de estas actitudes es la mujer, pero también hay hombres que la sufren…y muchos.


En segundo lugar, conseguiríamos pasarlo muy bien, porque el sexo, además de sano, es divertido y barato. Porque acabaríamos también con la prostitución, que se haría prácticamente innecesaria.


En tercer lugar, acabaríamos con la hipocresía social, de los que se escandalizan de las relaciones y aventuras sexuales de los demás, cuando la gran mayoría de la gente debería de mirar hacia su propia entrepierna.


Y por fin, seriamos todos mucho más libres y más felices, porque nos habríamos quitado de encima uno de los principales males de la humanidad, como es la ansia de posesión sobre las personas…y el de las cosas podría ser el próximo objetivo a alcanzar.

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