jueves, 31 de marzo de 2011

LA AGONIA DE GADAFI

Cuentan que Franco no quiso ganar la guerra civil con rapidez, porque además de la victoria militar, pretendía dar un duro castigo a sus enemigos políticos, sembrar el terror y reprimirlos de tal manera, que no volvieran a levantar cabeza en mucho tiempo. Yo creo esa versión y la verdad es que lo consiguió.

Lo que pretende la coalición internacional que está ahora combatiendo a Gadafi y su régimen por el aire no está demasiado claro. Yo creo que ni ellos mismos lo saben bien. Si se trata de cumplir el mandado de la ONU, únicamente hay que crear y defender una zona de exclusión aérea, aunque también llevar a cabo las acciones necesarias para defender a la población civil de los ataques del dictador. Pero la realidad es que, con estas solas acciones, el lunático dirigente se defiende y aguanta bien. Es cierto que los precisos bombardeos de los misiles de la coalición han valido para frenar su avance y aun para que los rebeldes ganen terreno. Pero basta que se afloje un poco la presión, para que los gadafistas, que no son mancos, comiencen a recuperarlo. Y en tanto está muriendo mucha gente, tanto de un lado como de otro.

Por otra parte, los americanos parece que no tienen claro quienes son en realidad los que combaten a Gadafi y dudan de si no estarán ayudando a que el demonio en persona se les cuele en Trípoli. De ahí que la ayuda sea todavía tímida y muy medida. Justita, vamos, para que las fuerzas oficialistas no arrollen a los rebeldes, como llegó un momento que iba a ocurrir a las puertas de Bengasi.

Yo pienso que ha llegado el momento de acabar de verdad con este asunto y de echar mucha más carne al asador. Lo primero, proporcionando armas, municiones, utillaje y logística a los rebeldes, para que combatan en igualdad de condiciones contra los mercenarios y las tropas leales al régimen. Lo segundo es castigar de verdad a ese ejército medio desmoralizado, que todavía está atacando y obteniendo victorias parciales. Ya que no una intervención por tierra, que nadie desea, los potentísimos medios militares que tiene a su alcance la coalición tendrían que ser puestos en juego de una vez, para terminar con rapidez con esta guerra civil, que, como es sabido, es la clase de contienda más cruel y dolorosa. Y al final, habrá que ir a por Gadafi, contra el que se está preparando una orden internacional de detención, que alguien tendrá que cumplir, porque él no se va a entregar por las buenas y va a morir matando con toda seguridad.

Así que cuanto antes se acabe esta minicontienda, mucho mejor. Y eso no está en manos de los opositores al tirano, porque ya está claro que ellos solos no pueden hacerlo. Es la comunidad internacional la que tiene que “tirar palante”. Medios le sobran. Ahora hace falta voluntad política para hacerlo.

martes, 29 de marzo de 2011

EL ORO NEGRO ESPAÑOL

Estoy en una playa preciosa, concretamente en un enorme arenal, Costa Calma, Fuerteventura, Islas Canarias. Lo blanco inmaculado de la arena, contrasta con el azul turquesa del océano. Parece que estamos en el Caribe. Y uno, que conoce bien ambos sitios, no puede evitar pensar y comparar. Porqué nuestras Islas afortunadas, a pesar de la crisis económica, tienen hoteles con la bandera de lleno puesta y sin embargo por ejemplo en Puerto Rico, he visto tantos hoteles vacíos?

Yo me pregunto y yo me respondo. La cosa es bien sencilla. En nuestras Islas Canarias nosotros ofrecemos todo lo que pueda haber en el Caribe, y mucho más. Encima de mayor calidad y encima más barato. Y encima con seguridad. Y encima, más cerca… son muchos encimas que van sumando a favor de nuestras islas.

En realidad Canarias es un lugar privilegiado y único en el mundo en muchos sentidos. Es un trozo de Europa en Africa. Esto quiere decir que los europeos, sobre todo alemanes e ingleses, se encuentran como en casa. Les sirve el euro, moneda común. Están en un país democrático en donde la policía y los tribunales funcionan con los mismos parámetros de respeto a los derechos fundamentales de la persona que en sus países de origen. Lo mismo cabe decir de la sanidad española, que cabe motejar como muy buena. Y si alguien lo duda, que viaje un poco por ahí…y que tenga la desgracia de ponerse enfermo. Y luego me lo cuenta.

Y a esto hay que unir varias cosas, por ejemplo, el asunto de la libertad. En la playa que les digo, enorme, como si estuviera uno en Brasil o algo así, hay poca gente para lo grande que es aquello. Algunas mujeres están en top lees. Pero cuando me estoy marchando, me tropiezo de frente con un anciano, unos ochenta o más mal llevados, que viene completamente moreno y…completamente desnudo. No puedo evitar mirarle a quél sitio y su cosa es tan diminuta que uno piensa el valor que le echa el anciano, aunque pensándolo un poco más te das cuenta de que tiene que ser un nudista veterano, tendencia filosófica tan respetable como cualquier otra.

Pues bien, caminando por allí, en un alto que domina la enorme playa, me encuentro a un socorrista subido a su escalera con asiento, prismáticos en mano. Y le pregunto, que yo soy muy preguntón, si aquella playa es nudista. Wat?, me contesta el rubiales. Hombre resulta que sólo habla inglés. Y yo le digo, oye, y si tienes que salvar a un español que pida ¡socorro, auxilio, me ahogo¡, lo mismo te piensas que te está saludando desde el agua, ¿no?

O sea, que si no te quieres ahogar en este sitio, ya puedes ir aprendiendo a decir ¡help!, porque si no, lo tienes claro.

Pero bueno, anécdotas de este tipo, que nos indican claramente de donde son la mayoría de nuestros turistas en estos lugares, la realidad es que el turismo es nuestro verdadero petróleo, nuestro particular oro negro. Y yo diría que tiene mucho más valor que este líquido negro, viscoso y mal oliente. Porque lo del petróleo pasará y ya se atisban los primeros síntomas. Pero el turismo va a seguir en España y con fuerza, porque tenemos la fórmula que no todos los países pueden ofrecer y es una que nunca falla: bueno, bonito, barato.

jueves, 24 de marzo de 2011

ELIZABEHT TAYLOR

Era Liz Taylor,
eran sus ojos,
eran sus tetas
era un amor

Yo la quería
como millones
era el icono
de Juslibol

Era tan linda
tan atractiva
era de todo
de lo mejor

Era la diva
de la película
era to el centro
de la atracción

Aquellos ojos
como faroles
de azul extraño
y resultón

Era aquel tono
de violeta
que cautivaba
hasta el mejor

Uno sentía
que no sabía
si mirar teta
o aquél color.

Nuestra Liz Taylor
se nos ha ido
se va el sentido
de nuestro amor

Porque ninguna
en este arte
hace ni parte
de su labor

Y somos muchos
los que sentimos
perder belleza
de aquesta flor

Y por sus ojos
color turquesa
pues para siempre
dicen adiós.

jueves, 17 de marzo de 2011

JAPÓN, LA CATÁSTROFE

El terremoto con escala nueve y el sunami, que ha asolado una región del país del sol naciente, produciendo miles de muertos, desaparecidos y desplazados, se agrava extraordinariamente al haber afectado a una central atómica productora de energía eléctrica.

La falta de refrigeración y la rotura de los vasos protectores de los reactores ofrecen un panorama bien preocupante, porque no es problema fácil de solucionar y sobre todo no es sencillo evitar o controlar las radiaciones, que pueden ser perjudiciales para la salud de las personas.

Dos cosas llaman la atención en este dramático suceso. Por una parte, el comportamiento modélico de los ciudadanos nipones y por otra las consecuencias de todo tipo que se están produciendo y van a seguir de esta catástrofe nueclear.

En cuanto a lo primero, basta comparar las reacciones de la gente en un país como España, ante una simple subida de nivel de un río, que causa daños fácilmente reparables, con la de los japoneses que los han perdido todo, vidas humanas, sus casas y todas sus pertenencias. Ni una sola escena de histeria, ni protestas, ni por supuesto saqueos a los supermercados, como ocurre en muchos países ante este tipo de acontecimientos. Los japoneses, a los que cabría definir como los alemanes de oriente, son un pueblo organizado, solidario y responsable. Y por tanto, van a conseguir recuperarse con rapidez, entre otras cosas porque se van a poner a trabajar todos a una para reconstruir lo que se ha llevado por delante la naturaleza. Mi admiración y solidaridad con este pueblo, que nos da ejemplo en muchas cosas.

Respecto al tema nuclear, no se sabe muy bien cómo va a terminar la historia, pero lo que está claro es que estamos ante un accidente muy grave y peligroso y que, como siempre que ocurre una rotura en una central atómica como la de Tukushima, se resucita a nivel mundial el debate sobre estas fábricas de electricidad. Lo partidarios antinucleares se crecen en sus argumentos y entonan el “ya lo decíamos nosotros” y los que defienden la energía atómica, sobre todo los gobiernos, se han puesto a revisar las fábricas que tienen en sus países, para tratar de compensar la oleada contraria a estas centrales que evidentemente se nos avecina.

Yo diría que, al igual que la vida no es todo lo que queremos, pero es todo lo que tenemos, el avance de la humanidad siempre ha estado llena de riesgos para el ser humano. La dinamita, los explosivos en general han servido para la guerra, para matar a mucha gente, pero también para hacer carreteras, puentes o pantanos. Las presas que contienen millones de litros de agua, son muy peligrosas y cualquiera podría fallar con un terremoto de escala nueve. Y al romper el dique, la fuerza del agua se llevaría por delantes a pueblos enteros.

Así pues, las centrales nucleares no son sino otro invento humano para mejorar la vida de los humanos. Sin ellas, que proporcionan energía eléctrica abundante y barata, no sería posible mantener los actuales niveles de consumo de esta energía. Las energías limpias, como la eólica o la solar, todavía tienen que andar bastante camino para poder competir desde el punto de vista económico con la nuclear. Porque de eso se trata en realidad, de una pura cuestión económica. Si mañana mismo se pudieran cerrar todas las centrales atómicas del mundo, sin que existiera ninguna clase de repercusión, sin que se notara en el consumo ni en la economía mundial, pues creo que todos estaríamos de acuerdo y por supuesto todos los gobiernos también. Pero esto sencillamente es inviable al día de hoy.

Así que lo que va a ocurrir es que la avería de la central japonesa, (que por cierto es muy antigua, factor que seguramente ha colaborado para que se producan las averias en los reactores), se va a solucionar. Si los nipones pudieron superar lo de las bombas atómicas, que nadie dude que podrán con esto, que no tiene ni comparación. Y muchas otras centrales van a ser revisadas a fondo. Y para las próximas que se levanten, lo que ocurrirá, una vez que pase el efecto Tukushima, es que se adoptarán medidas de seguridad mucho más estrictas, sobre todo para prevenir posibles terremotos, con lo cual la tragedia de los japoneses habrá valido para algo. Porque los seres humanos aprendemos siempre mucho más de los desastres y las calamidades que de las cosas buenas.

domingo, 13 de marzo de 2011

LA HUELGA DE AENA

Y las gentes del aire, ya saben Udes. pilotos, controladores, personal de tierra, vuelven a amenazarnos con sus huelgas. Los angelicos anuncian 22 días de paro, todos coincidiendo con las fechas punta en que todos los ciudadanos de este país y muchos que nos visitan y nos dan de comer, como por ejemplo los turistas alemanes, vamos a viajar. Anuncian, además, que no respetarán los servicios mínimos. O sea, que están a joder, como de costumbre en su gremio.

Protestan por la privatización parcial de AENA, el organismo estatal que controla nuestros aeropuertos y aunque lo que el Estado español está vendiendo porque no le queda más cojones para hacer un poco de caja, que le hace mucha falta, le deja como socio mayoritario, ellos ya ven venir que pueden perder su condición de funcionarios de facto y claro, eso duele.

Hace muchos años que yo dije que nuestra sociedad capitalista no tiene más que dos soluciones para salir de los dientes de sierra de Adam Smit. O todos acabamos siendo funcionarios o todos nos pasamos a autonómos. O sea, que cada palo que aguante su vela de verdad.

Pero vivimos en la sociedad de las canongías, en parte heredadas del régimen franquista, que no acabamos de desmontar de una puñetera vez. Y aquí, el que tiene un derecho que en realidad es un privilegio, lo defiende a capa y espada. No importa que haya millones de parados. No importa que un montón de empresas estén a las puertas de los Juzgados Mercantiles para presentar concurso a la medida. Los que tienen el sueldo asegurado no quieren perderlo. Y esto es humano y comprensible. Lo que ya suena a cachondeo es que los sindicatos que organizan estas huelgas semisalvajes quieran convencer al personal de que los hacen por el bien de todos. De los demás ciudadanos y de España misma, oiga. Pero mira que son patriotas, a los tipos no les importa perjudicar el único sector, que verdaderamente tira de nuestra economía, nuestro petróleo particular, o sea el turismo, con tal de defender su intereses.

Que tienen derecho a la huelga. Claro. Pero mire Ud, cuántos autónomos la hacen. Es que no verá a ninguno, porque se la tendría que hacer a sí mismo. Pero cuando es el papá estado el que paga, no importa joder a los conciudadanos que vayan a viajar en fechas señaladas como vacacionales. Ni tampoco la economía del país.

Ellos ya saben que sólo con anunciarla, ya están haciendo un grave daño al sector turístico, bien sensible a estas cosas, por cierto.

A lado de estos funcionarios del aire, los del metal que se pelean a pedradas y tornillazos con la policía, son unos benditos.

Miren Udes. En este país protestan y salen a la calle los que menos problema tienen para cobrar el sueldo, a veces sueldazo, a fin de mes. Deben de pensar que los demás somos tontos del culo. Pues van bien jodidos. Yo, en Semana Santa, me voy a quedar en casa, que se estará mejor, dado el panorama que nos anuncian. He dicho.

miércoles, 9 de marzo de 2011

LA GUERRA DE GADAFI

Lo de Gadafi, ya empieza a oler. Refugiado en su último reducto de Trípoli, rodeado de su ejército de mercenarios, lanzando sus aviones sin puntería contra los rebeldes que pretenden derrocarlo, resulta patético, más de lo que siempre lo fué. Es una fiera salvaje acosada y acorralada, que sigue diciendo que morirá matando y que él mata poco, mucho menos de lo que dicen por ahí los perversos medios de comunicación, que mienten como cosacos, según la versión del tipo.

Así, se permite contraatacar, sobre todo empleando su aviación que, curiosamente, no atina con los objetivos, cuando es bien fácil para un aparato de guerra como es un cazabombadero, soltar sus bombas o misiles, con gran precisión, sobre todo en un desierto despejado como es Libia. Claro que los que parece que no quieren acertar ni matar a mucha gente son sus pilotos, que ya se ven venir lo que va a pasar. Su jefe está totalmente aislado desde el punto de vista político y diplomático. Ya no tiene ni embajadores que le representen. El Tribunal Penal internacional va a por él, anunciando su procesamiento y persecución por crímenes contra la humanidad. Los americanos, que pueden hacerlo caer si quieren en menos de una semana, están a la espera de que la ONU se pronuncie, cuyo Consejo de Seguridad puede aprobar en cualquier momento una intervención militar (aunque China y Rusia no parecen estar por la labor) o bien contar al menos con el apoyo decidido de la OTAN y sus bienes han sido embargados en todo el mundo, al menos los conocidos.

Lo tiene tiene crudo Gadafi, pero mientras cae y no cae, su pueblo sigue sufriendo, el petróleo subiendo y todo el mundo pendiente de lo que va a pasar. A mí me parece que lo lógico sería, al menos por el momento, una intervención decidida de ayuda por parte de los que pueden y quieren darla, es decir, las potencias occidentales, con aportación de alimentos, medicinas, apoyo logístico y sobre todo, armamento adecuado para que las gentes que se han rebelado contra el tirano puedan defenderse y atacarle para terminar con esta guerra, que ya dura demasiado. Ya se que la situación se presenta bien compleja, porque los que están combatiendo a Gadafi, tampoco ofrecen un panorama muy tranquilizador, pues falta la organización, la disciplina y sobre todo las cabezas pensantes, tanto políticas como militares, que tendrían que dirigir todo este batiburrillo semianarquista en que se ha convertido este país. Sobre todo, faltan líderes, dirigentes con las ideas claras, que las masas siempre necesitan en estos casos, aun cuando, una vez terminada y asentada la situación de anormalidad que siempre es una guerra, aunque sea pequeña como esta, estos puedan desaparecer o ser sustituidos por otros.

De momento, lo único que está claro en Libia, es que la mayoría del pueblo está contra Gadafi y quiere que se vaya, bueno ahora no, ahora lo que quieren es cargárselo más bien. Y luego, a ver que viene. Es el momento de ayudar en todo lo que se pueda, primero para terminar con el dictador y su régimen y luego para que los libios puedan comenzar una nueva época de paz y prosperidad. Pero para ello hay que construir un estado nuevo y moderno y esto no es fácil, pues falta la más mínima tradición democrática. Pero no es imposible. Decía Mao que el camino más largo empieza por un primer paso. Y los libios lo están dando. Hay que desearles lo mejor en ese sentido. Será bueno para ellos, para todo el norte de Africa y para el mundo en general, que está pendiente ahora de lo que pase en este pequeño país árabe.

miércoles, 2 de marzo de 2011

LA VELOCIDAD Y LOS 110

Los que hayan tenido la paciencia de seguir mis artículos tal vez recuerden alguno mio acerca de la velocidad. No la de los coches, que también, sino la genérica de cualquier otra máquina.

Recordarán tal vez que tengo dicho que el día en que los coches puedan andar a 500 kilómetros por hora, se acabarán prácticamente los accidentes de tráfico. La razón es muy sencilla. En los coches actuales, capaces de circular tranquilamente y sin problema alguno por encima de los 200 por hora, sólo hay una pieza que falla, aunque es la más importante. Esta pieza es la causante de cualquier accidente y también su único responsable real. Ya saben de que elemento del coche estoy hablando. Se trata del conductor, claro. Por eso digo que cuando los automóviles se desplacen a velocidades de 500 por hora o más, ya no habrá accidentes, por la sencilla razón de que habremos sustituido la pieza que falla y los produce todos los días.

Desde la Dirección General de Tráfico, pobrecicos ellos, que ya no saben que hacer para disminuir los accidentes, quieren convencernos de que los coches son para ir despacio, lo cual es falso de toda falsedad. Para ir despacio es un burro, a ser posible bajito, para que nos arrastren los pies por el suelo y poder bajarnos en marcha a la menor señal de peligro.

Si observamos a nuestro alrededor, nos damos cuenta justo de todo lo contrario. Las máquinas más rápidas de que disponemos en estos momentos para desplazarnos son el avión y el AVE. Respecto al primero, nadie pone en duda que es uno de los medios de transporte más seguros, por supuesto, mucho más que el trasnporte por carretera. Todas sus piezas sufren revisiones y cambios periódicos, con arreglo a las horas de vuelo y se cambian de forma obligatoria, aunque estén impecables. Cierto que cuando hay un acciente, se dan muchas víctimas, pero desde el punto de vista cualitativo y teniendo en cuenta la cantidad de aviones que surcan los cielos del mundo, el índice de siniestralidad es mínimo.

Si hablamos del tren de alta velocidad, que es una auténtica maravilla sobre ruedas, no cabe olvidarse que lleva funcionando en España desde el año 1992, o sea, diecinueve años. Y va a 300 por hora. Durante todo este tiempo, no ha tenido ni un solo accidente de importancia. Y por supuesto no existen víctimas de ninguna clase y este tren continua llevando de aquí para allá a millones de personas y siempre sale y llega en punto.

A nuestro campeón, Fernando Alonso, le han preguntado lo que opina sobre la reducción a 110 por hora en nuestras autopistas y autovías. Y ha contestado lo que cualquier persona sensata. Es que la gente se va a dormir, oiga y va a resultar mucho más peligroso.

En cuanto a la reducción del consumo de los coches, es que da la risa. Lo que no sabe el Sr. Rubalcaba, que debe de entender de coches lo que su Director General de Tráfico Pere Navarro, que no tiene carnet de conducir, según creo, es que la gente ahora, como no puede correr, se va a dedicar a acelerar, como hacen precisamente en Norteamérica, en donde hay muchos coches con más de 500 caballos y la adrenalina la gastan los conductores, en exprimir el reprise tipo dragster.

Como ya veo que estos señores del gobierno están bien faltos de ideas, yo les voy a regalar una mucho más práctica y que de verdad producirá ahorro de combustible, no para un poco de tiempo, sino para siempre: fomenten Uds, tomen las medidas, hagan las campañas o acaben haciéndolo prácticamente obligatorio, el aparito de pasar los peajes en las autopistas. Todos los días, en este país, largas colas de coches al relantí, esperan ante las cabinas de pago, urgando en los bolsillos, para encontrar unas monedas o haciendo contorsiones para sacar la tarjeta de crédito de la cartera. Y están gastando millones de litros de combustible. Mientras, la gente más espabilada, pasa cómodamente y sin parar por los peajes electrónicos.

No pido nada a cambio de esta idea, que sí es buena de verdad. Bueno, puestos a pedir algo, yo pediría que la velocidad legal de nuestras autopistas y autovías se eleve a 140 por hora, que una marcha completamente posible y sensata para cualquier coche moderno y que, curiosamente, coincide con lo que opinan la mayoría de los ciudadanos, como he podido ver en una reciente encuesta de un periódico nacional de alta tirada.

Ah¡ y si quieren otra idea, por ejemplo, que hagan obligatorios para los coches futuros los limitadores de velocidad y establezcan mecanismos que conecten las señales con los coches. Y tiren los rádares a la basura, que es para lo que valen. He dicho.