viernes, 29 de junio de 2012

ENSEÑAR GALICIA


Y uno se pregunta, porque preguntarse a sí mismo es bueno y necesario y además bastante cómodo, porque siempre se recibe una respuesta, aunque haya muchos que no son capaces de convencerse ni a ellos mismos.
            Así que la cuestión consiste en tener una amiga escandinava a la que, de buena voluntad, se le quiere enseñar el bello lugar que se llama Galicia. ¿Por dónde empezar? ¿Qué visitas proponerle? ¿Qué lugares? ¿Qué rutas?
            La cuestión no es baladí, o sea que tiene su cosa, sobre todo si quieres quedar bien y tratar de mostrarle a la visitante un panorama de la realidad orográfica, histórica, monumental y social e incluso política del complejo país gallego.
            La dificultad mayor viene de que dispones de muy poco tiempo, de una semana a diez días y la invitada es persona bien cultivada intelectualmente y viajada por todos los confines del globo. Bueno, átame esa mosca por el rabo.¿Qué se le puede enseñar? Y ¿qué se le puede explicar?.
            Bueno, yo empezaría por el centro histórico y cultural del país de las rías, es decir, por Santiago de Compostela. Como el asunto no es de falta de medios, ni mucho menos, la llevaría al Hostal de los Reyes Católicos y no es que en Santiago no existan hoteles más cómodos, pero tan carismáticos como este, antiguo hospital de peregrinos, pues no hay, la verdad.
            Pero luego viene la parte difícil. Porque cómo se le explica a una noruega, todo raciocinio y civilidad, todo lógica cartesiana, a qué obedece el nacimiento de esta ciudad. A ver cómo le cuento, sin que se ría a carcajadas, que a Santiago lo trajeron desde la antigua Judea, ahora Palestina o Israel o como le queramos llamar, ya cadáver, porque había sido torturado y muerto y le cortaron la cabeza. Y lo trajeron sus discípulos en una barca desde allí hasta aquí.
            Me mirará con sus preciosos ojos azules, sin malicia alguna, pero con toda la ironía del mundo y seguro que me pregunta cómo es posible que tanta gente se pueda creer un cuento tan burdo.
            Bueno, yo le explicaré o trataré de hacerlo que son tradiciones, costumbres, inercias históricas y yo que sé, cualquier otro cuento que se me ocurra y trataré desde luego de cambiar de tema.
            Claro que le enseñaré todo lo grandioso y bonito en que se ha convertido esta leyenda. Y le mostraré una ciudad de piedra, antigua, potente y que late con los peregrinos y los turistas que acuden a veces simplemente porque hacer el camino de Santiago está de moda, aunque no se crea ni en Dios.
            Pero Galicia da tanto de si… A donde la llevo ahora, una vez que se ha impregnado del sentido místico de la cristiandad medieval. Pues para mí está claro. Si hace buen tiempo, hacia el Norte, a comer percebes en algún buen restaurante de los Cantones de Coruña. Y si hace malo, hacia nuestro entrañable sur, empezando una visita a las Rias Bajas, Villagarcía, El Grove, La Toja, Sanjenjo, Pontevedra, Vigo, Bayona… Como es una vikinga, le mostraré Catoira, explicándole cómo allí se hace una fiesta que conmemora las incursiones de sus antepasados, cargados de cuernos de verdad y que venían a visitarnos con las mejores intenciones, o sea, matar, violar, robar, ect, ect….
            Si la cosa empieza por el Norte, pues además de enseñarle nuestra ciudad de la torre de Hércules, habrá que ir a Lugo, por lo de sus murallas. La llevaré luego a Orense, a su centro histórico y para que vea el fenómeno de su fuente de aguas calientes… probablemente me acercaré hasta Allariz, tan arregladita ella, con su museo del curtido. Y luego se puede bajar por la general, haciendo parada en Ribadavia, para visitar su barrio judío.
            Parada obligada en el Castillo de Sobroso, esa fortaleza medieval tan bien conservada hoy día y luego, cómo no, a nuestro Mondariz Balneario, pueblo extraño por lo diminuto y por las grandezas que tuvo gracias al visionario de Peinador y las buenas instalaciones que tiene hoy en día, que da gusto enseñar todo eso.
            En Mondariz le mostraré el trozo de calzada y el puente accesible que hicieron los romanos hace tantos siglos.
            Obligada visita también al castillo de Sotomayor, el de Pedro Madruga, Conde de Camiña, tan bien conservado asimismo y con sus preciosos jardines…
            En fin, quedarán tantas cosas, el Monasterio de Osera, la Ribeira Sacra, con el de Ribas de Sil, el Pazo de Oca, el parador de Bayona, donde habrá que hospedarla asimismo. Habrá que llevarla a comer la langosta de La Guardia, para mí única en el mundo…
            Y para rematar, cómo no, una visita al Norte de Portugal, primos hermanos nuestros y gemelos en tantas cosas. La fortaleza de Valenca de Minho, el centro histórico de Camiña, la Boega, donde aquél histriónico Amorim le daba la campanilla a las mujeres más guapas, para iniciar la cena en el restaurante…Ponte da Barca, Ponte da Lima, la población más antigua de Portugal, según reza el cartel de la autopista… Y si da tiempo, pues una visita a Braga y otra a Oporto, que ambas ciudades merecen la pena.
            En fin, ya sé que se me han quedado muchas cosas y lugares en el tintero, pero creo que la vikinga se irá contenta a sus nórdicos lares y contando cosas buenas de nuestra Galicia. Para una semana o diez días, creo que este plan no estará mal. 

sábado, 23 de junio de 2012

EL FUTURO DEL ESPAÑOL


         El Instituto Cervantes celebra hoy, dia 23 de junio del 2012, por tercera vez, el dia del español en todo el mundo. Cierto que los españoles, todos nosotros, podemos sentirnos orgullosos de hablar una lengua importante, con la que se comunican unos quinientos millones de personas. En realidad, después del inglés y dejando aparte el chino, que no cuenta porque su extensión práctica se limita a su país, el español es el segundo idioma más hablado del planeta.
            Y además conviene decir que el fenómeno va a más, porque nuestra lengua ya es importante y se estudia en muchos otros países y en algunos como los Estados Unidos de América gana fuerza frente al inglés, aun contra la fuerte resistencia oficial.
            El el periódico el Pais, nos invitan a elegir las palabras feas más bonitas que podamos proponer. En su artículo, figuran algunas como sibilino, filibustero o sombrío.
            Como soy un cultivador de esta nuestra lengua común, yo también quiero contribuir a este ejercicio de popularizar y presentar palabras que suenan mal y además son poco conocidas, por no decir ignoradas.
            Así propongo dos que sonarán raro, pero que sugiero para sustituir en las discusiones y peleas a la muy manida, injusta y devaluada “hijo de puta”. Se trata de las palabras igüedo y zurumbático, que, adecuadamente combinadas, pueden constituir unos insultos muy precisos y dejar además al oponente en la duda de lo que se le ha llamado.
            Sólo que como estamos celebrando el día de nuestra lengua universal, me permitiré la travesura de no decirles el significado de dichas palabrejas. El que las sepa, pues bien. Y el que no, que acuda a uno de nuestro mejores libros, o sea el diccionario de la Real Academia de la Lengua.
            Y creo que todos debemos de estar contentos con la buena salud de la lengua española, que tiene ante sí un gran futuro para conseguir la finalidad de todos los idiomas, o sea, que nos entendamos. He dicho.

viernes, 15 de junio de 2012

LOS COCHES DEL FUTURO


            Quien siga los artículos de este blog, puede que recuerde algunas afirmaciones mías, que suenan como escandalosas en un entorno del tráfico rodado en el que nuestra administración (la DGT), se esfuerza en demostrar que la velocidad es mala.
            Claro que esta afirmación es una falacia y en realidad una verdadera estupidez, al menos al afirmarlo de forma tajante y generalizada. Resulta que es todo lo contrario, lo único que es malo y peligroso es la velocidad innadecuada, que es un concepto bien distinto. Me explico, el ser humano lleva mucho tiempo tratando de conseguir y consiguiendo desplazarse lo más rápido posible. Así, primero se montó en un caballo, luego en un carro, más tarde en un tren y en un automóvil, en un avión, en un tren de alta velocidad, en un tren magnético, en una nave espacial…Naturalmente que estos medios de transporte, cada vez más rápidos, tienen su riesgo, como toda actividad humana, pero resulta que cuanto más rápido es el medio de transporte, más seguro resulta. Es decir, estadísticamente, la posibilidad de riesgo mortal es menos.
Pues bien, hablando de coches, yo afirmo que los accidentes de tráfico desaparecerán prácticamente cuando los automóviles del futuro circulen a 500 km por hora, por poner alguna cifra. Y esto por una razón muy sencilla y comprensible. Porque no los gobernará la mano humana, que es la pieza que más falla en estos momentos al volante de de cualquier vehículo.
Esto que digo no es ciencia ficción, sino una realidad constatable, si bien se encuentra todavía en los pañales de un recién nacido. El Centro de Automática y Robótica (centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid) Teresa de Pedro acaba de realizar un experimento con un cochecillo de apariencia normal, recorriendo 100 KM sin que ningún ser humano lo conduzca.
Esto no es más que el principio de una carrera para conseguir que los automóviles se desplacen sin la intervención del ser humano. En realidad, no estoy descubriendo la pólvora. Ya existen estos modelos a escala experimental y coches comerciales que aparcan sólos, calculando si el espacio es suficiente e incluso buscando el sito. El piloto automático es viejo en los aviones y en otros vehículos rápidos, como el AVE, provisto de un radar que le permite frenar de forma automática si existe algún objeto en la via a 5 KM de distancia.
Pero lo que viene, lo que nos viene, es que la intervención de la mano humana en el manejo de las máquinas cada vez sea menor. Y esto es muy bueno, porque las máquinas serán tontas, pero cuando las programas nunca se equivocan. Y llegará el dia, que no todos veremos, en que decir que la velocidad es mala hará reir a todo el mundo, como nos reimos ahora de aquellos detractores de los primeros trenes que andaban a la enorme velocidad de 30 KM por hora y los “entendidos” de la época decían que eso era muy peligroso.
Así que sigamos en el camino de la ciencia, que es la única que de verdad le puede ayudar a la humanidad a superar sus numerosas problemas y carencias. He dicho.

viernes, 8 de junio de 2012

EL RESCATE


       En el derecho marítimo hay dos figuras fundamentales, a saber, el salvamento y el remolque. El salvamento es cuando el barco es abandonado por su tripulación, sobre todo por su capitán, que se supone debe de ser el último en dejar el buque (aunque a veces son los primeros que salen corriendo) y el remolque es cuando un navío se avería y otro lo arrastra hasta ponerlo a salvo.

Pues bien, ahora se está hablando mucho del rescate, que se parece más al remolque que al salvamento marítimo. O debe de parecerse. Porque el salvamento es un gran negocio para el que lo lleva a cabo, pues tiene derecho al 50% del valor del buque, más su mercancía. Si recuerdan la historia del Prestige y atan cabos, entenderán lo que digo y porqué el barco acabó hundiéndose y contaminando la costa desde Galicia hasta la Bretaña francesa.

Así pues, España necesita en estos momentos de un remolque, o sea, según denominaciones del periódico, de un rescate. Para que nos entendamos, de una inyección de liquidez en euros para que nuestro mecanismo financiero, que está agarrotado, empiece a funcionar.

        Pero la cosa es que sea un remolque, perdón un rescate, y no un salvamento. La diferencia es obvia. Porque si llegamos al extremo de esta figura del derecho marítimo, se nos van a quedar con la mitad del barco y de la carga. Y eso sí que no. Así que vamos a ver si nuestro gobierno se pone en su sitio, no se lo hace por los pantalones y que nos ayuden, pero dentro de un orden. Porque España es mucha España, aunque de la mayoría de sus ciudadanos hay que decir que unos creen poco en ella y otros hasta quieren salirse, pobrecicos, que no saben en la que se meterían, sin un papá estado que les eche una mano, por muy al norte, al este o al oeste que estén.

En cuanto a los bancos españoles, cabe decir que en estos momentos dan pena y no se salva ni Dios de esta calificación.

En tiempos, cuando uno tenía una tarjeta oro, por ejemplo con 18.000 euros de límite (les aseguro que las había y muchas), pues podía ir a cualquier banco y sacar, por ejemplo, 6.000 euros. Pruebe Ud. ahora, porque es su dinero y quiere obtener 5.000 euros por ejemplo, pues para comprar un reloj un poco bueno. Pero quiere pagar al contado. Pues no hay manera. Va Ud. a su cajero y le da 300 euros diarios, o sea, lo que cuesta una habitación un hotel bueno. Y si se le ocurre acudir a su banco para sacar 9.999 euros en efectivo, seguro que le miran como a un bicho raro, aunque Ud. tenga en su cuenta mucho más. Y además le van a decir que no tiene el dinero. Que pase mañana y que avise antes.

Como los bancos españoles ahora viven sólo de las comisiones y los directivos están aconojonados y sin saber que hacer, no le dejan a nadie ni un euro, alegando que la demanda no es solvente. Y eso, aunque les lleves un palacio en garantía, porque te dicen que ya tiene tres o cuatro producto de sus rapiñas (perdón de sus créditos hipotecarios).

O sea, que o cambiamos a los bancarios o creamos unos bancos de verdad que apoyen al pueblo o estamos bien jodidos. Aunque siempre nos queda volver a la economía del trueque y que los bancos españoles se vayan a prestarle dinero a los esquimales, que garantizan con pieles de oso, foca y zorro polar. Y de eso nuestro bancos no tienen y a lo mejor les sirve.

Así que lo que va a pasar es que la Unión europea les va a soltar una porrada de millones a los bancos españoles, pero les apuesto a que los ciudadanos de a pie no vamos a ver ni un euro.

Y esperemos que el precio a pagar por España sea el de un remolque y no el de un salvamento. He dicho.