miércoles, 24 de junio de 2009

LA CENTRAL NUCLEAR DE GAROÑA.

Sale en el País un manifiesto de los ecologistas pidiendo el cierre de esta instalación.

Las razones que se dan para apoyar su defunción son más que discutibles. Veamos:

Evitar el riesgo de un accidente nuclear, que tendría consecuencias desastrosas. Bueno, parece que las centrales nucleares son las fábricas de luz más controladas y más seguras por tanto. De hecho, los accidentes graves en su historia se refieren cási en exclusiva a las de Chernobil y Harrisburg, y las causas fueron la falta de mantenimiento en el primer caso, y en ambos que técnicamente eran unas centrales con mucha menos seguridad que esta de Garoña, que ostenta el visto bueno al dia de hoy de la Comision de Energía Nuclear. Hay que suponer que esta Comisión sabrá lo que hace y lo que informa. Existen muchas otras instalaciones fabriles en el mundo mucho más peligrosas, mucho menos controladas y con mayor índice de siniestralidad, como algunas industrias químicas, sobre tode en paises subdesarrollados. Hay que recordar por ejemplo el terrible accidente de Bhopal, en la India, que produjo miles de muertos y afectados.

El segundo argumento sí que es inquietante porque viene a decir que la central emite radioactividad a la atmósfera y al río Ebro. Olvidan decir que la radiación es inapreciable (del 0,2% de la radiación natural existente en la zona, que no resulta nociva para la salud). De lo contrario, estaríamos ante un claro delito ecológico, que es de suponer se apresurarían a denunciar los mismos ecologistas.La realidad es que una central nuclear no emite CO2, ni otros gases que provocan el efecto invernadero. Contaminan mucho menos que las térmicas, por ejemplo.

El tercero es el argumento de peso y es que los residuos duran miles de años y hay que enterrarlos. Esto es cierto, pero aparte de que es de suponer que se adopten todas las garantías técnicas al respecto, habría que decir que no somos los únicos en tener centrales nucleares. En Francia han apostado claramente por esta energía y tanto en el caso de un accidente, como en el de los residuos, no estamos libres de su influencia, ya que estamos a lado. Tampoco estamos libres de un terremoto o cualquier otra desgracia natural. La energía atómica la podemos controlar los humanos. Las grandes calamidades naturales, no. ¿O es que ya no nos acordamos del Tsunami del 2.004 en Tailandia, que se llevó por delante a miles de personas, por no hablar de las inundaciones, erupción de volcanes, huracanes..ect. Nosotros no podemos controlar las fuerzas de la naturaleza y estas pueden ser infinitamente más peligrosas que la energía nuclear para producir electricidad.

Cuarto argumento. Por lo visto todo el Valle de Tobalina en Burgos vive de una u otra manera de la central. Es cierto que se podrían desarrollar otras actividades y otros puestos de trabajo, pero primero habria que saber cuales son las alternativas y luego ponerlas en marcha. El cierre de golpe de la central supondrá dejar en la calle a muchas personas, que están contentas y es de suponer que bien retribuidas. Más gente al paro no parece una buena fórmula en estos momentos.

Quinto argumento: la opinión pública. Bueno, aquí parece que las cosas no están tan claras, aunque es cierto que en España ha existido y existen opiniones contrarias a la energía nuclear. Opiniones respetables y a tener en cuenta. Pero parece que nos encontramos más bien ante una cuestión técnica, para la que cabria abrir un debate serio en la sociedad. Tenemos un vecino, Francia, en donde el 70% de la energía eléctrica proviene de la nuclear y se trata de un país que se caracteriza por administrarse bien. Esto nos debería de hacer reflexinar.

El sexto y último es el de las energías alternativas. En esto estamos todos de acuerdo. Lo ideal es la fuente de electricidad que no contamine y sea inagotable. Pero de momento, ni estas fuentes de luz son suficientes para suministrar el consumo del pais, ni tampoco su precio es más barato que el de la nuclear. Así las cosas, en estos momentos España no puede prescindir de golpe de esta clase de centrales, que proporcionan sobre el 20% del suministro total. Me parece que, a la espera de que se consiga el proceso de fusión nuclear fria, que es inagotable y no contamina, tendremos que seguir con las centrales nucleares durante un tiempo.

De todas formas, estoy seguro de que el gobierno tomará la medida más adecuada a los intereses generales, que son los que tiene que defender, intentando no obstante respetar sus promesas electorales. Pronto lo sabremos.

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