OTRA VEZ LA ETA

Esta vez si que se han metido en un buen lío. Matar a un gendarme es algo que la policia francesa, ni el estado en su conjunto, le va a perdonar a la organización terrorista. Esto va a suponer una o varias vueltas de tuerca en la persecución de la banda en tierras galas y, como ya anunció el Presidente francés, tolerancia cero para con esta gente.

Durante muchos años, los etarras se aprovecharon de la vista gorda que los franceses hacían de lo que ellos denominaban "separatistas vascos". Así cometían sus hechos criminales en España y se marchaban a refugiarse y descansar a Francia. Pero ahora que la ETA se halla ciertamente debilitada, ahora que tiene que recurrir a novatos en la materia, procedentes, como no de la lucha callejera, lo que ellos llaman la "kale borroka", pasa lo que pasa. Que están concibiendo planes descabellados como el de robar coches de lujo en un compraventa de los alrededores de París, tras secuestrar al gerente y ponerse a echarles gasolina con garrafas en medio del campo.

Piensa uno adonde querrían llegar con estos vehículos, perfectamente identificados y que pueden interceptar cualquier policía. Ahora van a tener encima y contra ellos fuerzas más poderosas (y el Estado francés lo es), de manera que se pueden ir despidiendo de vivir tranquilamente en el país vecino. En Portugal ya lo intentaron y allí tampoco son mancos y los descubrieron enseguida.

Así pues hay que lamentar la muerte de gendarme francés, como todas, pero también hay que admitir, que para la lucha contra la ETA va a tener efectos muy beneficiosos y que si ya contábamos con la colaboración de las autoridades francesas en esta larga guerra a los terroristas, ahora se van a volcar para localizarlos, detenerlos y juzgarlos.