lunes, 6 de septiembre de 2010

LAS GUIAS TELEFONICAS DE PAPEL

Si es bien cierto que es la tecnología, la que más ayuda al progreso del ser humano, no lo es menos que su progreso se ve a menudo frenado por dos cuestiones principalmente: la inercia cultural de la sociedad y los intereses económicos, las más de las veces poco defendibles, sobre todo cuando se enfrentan al interés común mayoritario.

Un caso paradigmático es el de las guias telefónicas, que nuestra compañia líder telefónica, se empeña en seguir repartiendo por todas las puertas. Y nunca mejor dicho lo de las puertas, porque en bastantes casos, los que las reparten se limitan a tirarlas en la entrada del supuesto usuario.

En el caso de las poblaciones pequeñas, el papel es poco, pero en Madrid, Barcelona o Sevilla, ya estamos hablado de algunos kilos de papel impreso. Y uno se pregunta. Pero a estas alturas, con información telefónica, con internet, todavía queda alguien que se moleste en hojear y buscar un teléfono en esos molotes de papel?. Imagine que quiere buscar a un José Rodriguez Pérez, por ejemplo, en la guia de Madrid. ¿Cuántos puede haber? Y cuanto tiempo tiene que emplear Ud. para buscarlo?

La inmensa mayoria de los usuarios de teléfono no quieren esas guias para nada, como no sea para encender la chimenea en invierno. Y sin embargo, nos las siguen dejando en la puerta de forma regular. Si hay una guía por cada teléfono y hay millones de teléfonos, la conclusión es que el gasto en este concepto prácticamente inútil, es enorme. Parece que lo más lógico sería que lo de la guía de papel fuera una opción a ejercitar por parte del usuario que la pidiera a la telefónica. Pero llenar el país de papel inútil, que no es necesario ni pedido, supone entre otras cosas, encarecer al precio de los servicios. Pero sobre todo nos tiene que hacer sospechar que detrás de este atraso telefónico, se encuentran suculentos contratos que estarán seguramente en manos privilegiadas. Recordemos el caso del Boletín Oficial del Estado o de los billetes de avión. Ha costado años pasar a la vía electrónica, que sólo tiene ventajas, de las cuales la principal quizás es la económica.

Así que, ojo al parche, porque cuando se ven cosas así, no le extraña a uno que haya tantas canonjías ocultas todavía en este país, que no hacen sino engordar bolsillos que no lo merecen y retrasar la competitividad de España, algo de lo que no andamos sobrados, pero que nos hace buena falta. He dicho.

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