viernes, 14 de enero de 2011

LA CORREO COLECTMANIA

Y dirán Udes. que vaya palabreja la que se ha inventado este hombre. Se lo explico, oigan. Resulta que con el imperio del correo electrónico, a punto ya de desbancar al obsoleto fax, que a su vez se cargó al teletipo y así podemos llegar hasta el tambor de los africanos como medio de comunicación, hay muchos usuarios de este medio que han descubierto la manera de comunicarse con un montón de gente, escribiendo un único e-mail y dándole al botón, y !!!tachannnn, tachannn¡¡¡, automáticamente se lo remiten a la multitud.

Este medio, pensado en realidad para comunicaciones de empresa o de colectivos varios, es empleado para remitir verdaderas tonterías de modo masivo y despersonalizado, del tipo, sigue la cadena, fulanito recibió la moneda y no la hizo pasar y le ocurrió una desgracia, menganito si la pasó a otros, y le tocó la lotería. Si se acuerdan de cuando nos mandaban una peseta para que la hiciéramos rodar a muchas otras personas…Yo siempre me la quedaba en el bolsillo y pensaba que algún zurumbático acaba de perder la peseta que yo estaba ganando. Era poco dinero, pero daba gustito…

Pues bien, uno recibe de estos correos colectivos con los más diversos contenidos, por ejemplo felicitaciones navideñas y buenos deseos de todas las clases. Confieso que no contesto a ninguno de estos mensajes, incluso aunque procedan de personas más o menos amigas o conocidas. Si me quieren desear bien y felicidad, lo menos que pueden hacer, hombre, es dirigirse en exclusiva a mi correo y que yo no vea una enorme lista de receptores, entre los que se encuentran, por ejemplo: el de mi piso, el vecino de Laurita, el carpintero, mi médico pediatra…todos ellos con el preceptivo arroba punto lo que sea. Y entre todos ellos, también entro yo. Pues miren, cuando quiero mandar algún correo de tipo amistoso, felicitar un evento o algo parecido, me molesto en hacerlo de forma individual y exclusiva, porque lo otro me dejaría mal regusto, algo así como cuando te felicita el cumpleaños el ordenador del Corte Inglés, al cual, por supuesto, le importa un pito cuantos cumplas.

En fin, las nuevas técnicas de comunicación traen estas cosas, que se tienen que ir puliendo con el tiempo y adoptando códigos tácitos y sociales de transmisión que traten de superar la masificación en la que nos vamos sumergiendo más profundamente.

Cada vez nos relacionamos más y mejor, al instante y a cualquier distancia, pero también cada vez nos vamos alejando más de la relación personal profunda. Los fabulosos medios técnicos de que disponemos hoy en día, están ahí para utilizarlos, pero pienso que debemos de reflexionar para que todo no acabe en el simple esfuerzo de darle a un botón, porque esto va a redundar sin duda en la rebaja de calidad de nuestras relaciones sociales.

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