lunes, 11 de julio de 2011

LA DACION EN PAGO DE HIPOTECAS

Quizás una de las mejores peticiones o demandas provenientes del movimiento ciudadano, que se ha dado en llamar del 15 M, ha sido la de solicitar del gobierno y del Parlamento que se legisle y se regule de manera que sea posible extinguir una deuda hipotecaria, haciendo entrega del inmueble, que en su día se gravó.

Las razones, al menos para el pueblo llano, son de peso. Si los bancos concedieron créditos con valoraciones superiores a las normales o llegando a dar el 110 % del valor del bien hipotecado. Si calcularon mal los riesgos. Si han sido en realidad los causantes de la crisis económica, que en realidad comenzó como financiera. Si han tenido que recibir ayudas o apoyos estatales. Si hay miles de familias expuestas a perder sus viviendas y encima quedar endeudadas. Si los intereses moratorios cabe calificarlos en realidad de usurarios. Si las costas judiciales por un procedimiento tan sencillo como es la ejecución hipotecaria son exagerados.Todo contribuye en realidad a hundir en la miseria al que no puede pagar la hipoteca de su casa. Lo único que les faltaba a los bancos es que se reestablezca la prisión por deudas, para así poder presionar de forma más salvaje a la gente.

Vemos como una vivienda que en su día fue valorada por ejemplo en 300.000 euros, se la adjudican al 50% y entre intereses y costas, los deudores quedan empeñados para la vida, a pesar de haber perdido su casa.

El riesgo del mercado, que en una situación crítica como la que nos encontramos, debería de ser compartido por prestamista y prestatario, se hace recaer solamente sobre el más débil.

La burbuja inmobiliaria española, nos ha explotado entre las manos y todos tenemos nuestra cuota parte de culpa en la situación. Pero la de los bancos es la mayor a mi juicio, porque precisamente la concesión fácil de préstamos hipotecarios (y por supuesto las hipotecas basura del mercado norteamericano, del que han participado de forma indirecta los bancos europeos), contribuyeron a que se inflara de forma exagerada. Y de aquello polvos vinieron estos lodos.

Hay precedentes y sentencia valientes como la bien conocida de la Audiencia Provincial de Pamplona, que admiten la extinción de la de la deuda hipotecaria con la adjudicación o venta del bien en pública subasta. Si se regula la dación en pago, con extinción de la deuda, evitaríamos el mal social de los procesos de ejecución, que sólo hacen que incrementar más la deuda.

En lugar de eso, el gobierno aumenta un tímido 10% sobre el 50% en que se pueden adjudicar en subasta los bienes ejecutados, lo cual no resuelve nada.

Naturalmente que una medida de esta clase se debe de adoptar teniendo en cuenta el daño real que se le puede hacer a los bancos y, de forma indirecta a la economía, pero estamos hablando de un grave problema social, en el cual el estado y los bancos deberían de arrimar el hombro. No se olvide que también si se libera a los deudores hipotecarios de la responsabilidad posterior al entregar algo tan preciado como su propia vivienda, tendremos una masa importante de gente que podrá consumir, que buena falta hace.

Lo más curioso de esta situación es que, a pesar de las lágrimas de cocodrilo de los bancos en este asunto, en muchas adjudicaciones de bienes inmuebles, los ejecutantes están haciendo pingües negocios, aprovechando que las subastas están quedando desiertas por la atonía del mercado. Pero luego, por una u otra circunstancia, el bien que valia tan poco pasa a valer mucho más…De esto saben mucho los depatamentos jurídicos de los bancos que ejecutan lsa hipotecas y los embargos.

Tampoco se olvide que estamos ante una situación nueva, que requiere soluciones novedosas e imaginativas. La proverbial tendencia del hispano a ser propietario de su casa, puede cambiar y de hecho lo está haciendo en los últimos tiempos. Siempre se habla de fomentar la vivienda de alquiler, pero nunca se acaba de conseguir. Pues ahí tenemos una buena forma. Los bancos pueden convertirse en alquiladores de la gran masa de viviendas que iban a recibir, lo que haría bajar los precios de los alquileres.

De todas formas, todo esto es hablar por hablar, porque ningún gobierno va a tomar una medida de esta clase y menos con carácter retroactivo. En fin, soñar, como hacen los del 15 M no cuesta dinero.

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