lunes, 26 de septiembre de 2011

EL FINAL DE ETA

Todos, o casi todos queremos que ETA desaparezca y vamos a incluir en esta afirmación incluso a la izquierda de BILDU y a muchos etarras de los que están en nuestras cárceles, cumpliendo condenas por su delitos, que recientemente ha suscrito un comunicado que supone un paso importante en ese sentido, aunque faltan muchos más para decir que hemos llegado a la meta.

Supongamos que de verdad existe esa voluntad por parte de la banda y sus acólitos, muñidores, colaboradores o simpatizantes. No nos están regalando nada. En realidad se trata de un cambio de estrategia pero sin renunciar a ninguno de sus objetivos como es la independencia de un territorio imaginario por ellos llamado Euskalerria, que comprendería, según entiendo, además de las tres provincias de Vizcaya, Alava y Guipúzcoa, también parte del sur de Francia y Navarra. Menos mal que no reclaman la Rioja y Aragón.

Como en todo proceso político en el que se reclama la independencia, la autodeterminación, ect., el nacionalista radical pretende siempre imponer a los demás sus tesis, bien por la via de las urnas o de la violencia directa, del terrorismo puro y duro, como ha sido y es todavía, el caso de ETA, puesto que sigue existiendo, aunque parezca mermada y aletargada. Para nada cuentan los demás, los que opinan distinto, aunque sean mayoría. Para ello son simplemente gente equivocada, cuando no malos ciudadanos del sito que sea. Gente en suma que no merece llamarse como ellos, que son los buenos y leales a su tierra, su lengua y sus costumbres.

También la gente de ETA y su entorno pretenden, además de ampliar sus fronteras actuales, convertir a ese pequeño territorio en un régimen socialista a la antigua usanza, con lo cual, de ser así, chocarían frontalmente y enseguida con los otros nacionalistas moderados, que son muchos más y tienen más poder, económico, político y del que haga falta, si es que hiciera. Pero estos son bien de derechas. Luego queda la mayoría de los ciudadanos, que según los votos, se reparte entre PSOE y PP, que por eso son los que, juntos ocasionalmente por razón de estado, son los que gobiernan actualmente en Eskadi.

Y ese es, resumiendo mucho, el cóktel explosivo de este territorio que, por supuesto, forma parte de España según la historia y la Constitución y que nunca ha disfrutado de un régimen de autonomía política mayor del que tiene al amparo de la carta magna de 1978.

Los pasos que está dando la izquierda aberchale, tanto la legalizada, o sea BILDU, como todos los otros escalones, que van desde la cúpula de ETA, hasta sus presos en nuestras prisiones, para mi forma parte de la misma estrategia política de ir haciendo concesiones al Estado español, para que la gente vea que no son tan malos ni tan intransigentes como parecía. Se trata de ir dorando la píldora de forma camaleónica, porque han comprendido por fin, y ya les ha costado, que por la vía de la violencia no tienen futuro alguno y que el estado español, único titular de la violencia legítima en un estado de derecho, va a poder siempre con ellos, que en realidad son pocos y débiles, aunque puedan hacer algo tan fácil y tan cobarde como matar a alguien con un tiro en la nuca o colocar una bomba.

Ahora sueñan con un imposible, como es la amnistía. Y la reclaman. Pero está claro y ya se lo ha dicho Rubalcaba y lo sabe cualquiera que se lea la constitución, que esta medida de gracia general no es posible legalmente. Así que se tendrán que conformar con las medidas individuales que previene el Código Penal y el Reglamento Penitenciario. Aunque se las tendrán que ganar como es lógico, cumpliendo los requisitos que exigen las normas.

Todo esto no quita ni un milímetro a la satisfacción que cualquier ciudadano de este país debe de tener por ver como la banda y sus acólitos van doblando el espinazo ante el estado español nacido en 1.978, aunque ellos lo quieran disimular como un tratado de paz entre iguales. Nada de eso existe, la sangre de muchas víctimas inocentes clama porque se aplique la ley a quienes tan gravemente la ha incumplido.

Que sigan defendiendo sus tesis políticas dentro del amplio y generoso margen de las leyes europeas y españolas. Pero que dejen de una vez la violencia en cualquiera de las numerosas formas en que la han practicado durante tantos años. Y que no pidan nada a cambio, sobre todo si no se les puede dar. A ver si es de esta. Salud.

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