viernes, 6 de noviembre de 2009

EL SIQUIATRA LOCO

Siempre se dice que los siquiatras están un poco “piraos”, porque a base de convivir y tratar de curar a toda clase de perturbados mentales, que abundan mucho más de lo que parece y sólo están sometidos a tratamiento una pequeña parte de ellos, se lo juro a Udes. oiga, pues algo se les pega.

Bromas aparte, que un siquiatra militar, comandante por más señas, se lie a tiros con la gente en un campamento militar de Estados Unidos, a mi me deja perplejo. Para más INRI, resulta que era el médico encargado de curar de estrés, paranoias, depresiones y otras lindezas de la mente a los soldados norteamericanos que vuelven del frente tocados de la azotea.

Bien es cierto que la realidad supera a la fantasía. Y puestos a fantasear, aunque no tanto, cabria imaginar incluso que el referido siquiatra es una bomba de relojería humana de esas que dicen los expertos, que tienen repartidas por el mundo los de al Quaeda. Algún indicio puede haber al respecto, porque el bueno del homicida hipocrático, resulta que se llama Malik Nidal Hasan y es de ascendencia jordana. ¡También es coincidencia¡

Asimismo llama la atención que, según las últimas noticias, el referido comandante ha reaccionado de forma tan violenta porque lo iban a mandar a Irak a desarrollar allí su trabajo. Labor no le iba a faltar, porque me imagino que no es fácil para las mentes de unos soldados que van a una guerra que no entienden ni nadie les ha explicado, ocupando un país que no se ha metido con Norteamérica para nada y que lo hacen en la mayoría de los casos al fin y al cabo sólo por dinero, no es fácil repito, mantener íntegra la salud mental.

Tanto es así que el encargado de curar y ayudar a los que enloquecen por la guerra, es el primero que se ha vuelto tarumba y no sólo resulta que ha abdicado de su importante labor médica, sino que se ha creido que ya estaba en el frente de batalla y se ha puesto a disparar a sus compañeros, con el resultado de más de una decena de muertos y otros heridos.

En realidad y empleando los propios términos de los militares yanquis cuando sueltan un misil y alcanzan a la población civil, se trata de “efectos colaterales de la guerra”. Hoy les ha tocado a ellos. Pero si un comandante médico siquiatra, encargado de ayudar a los soldados en sus problemas mentales, anda así. ¡Como estará el personal de a pie¡ Que Dios nos pille confesados.

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