viernes, 5 de febrero de 2010

NUESTROS SIN PAPELES

Udes. no se acordarán seguramente de una organización llamada PRODIECU, que se mantuvo en funcionamiento durante los años 80 y fue la peor enemiga de la ONCE, porque nació de la misma idea. Un antiguo contable de la organización de los ciegos, se preguntó porqué los inválidos no podían tener el mismo derecho a organizar un sorteo diario. El planteamiento era justo y adecuado, pero las altas instancias no quisieron ni oir hablar de ello. El resultado es que la organización comenzó a extenderse por toda España, vendiendo un cupón que daba más premio que el de la ONCE, con total seriedad y que vendía toda persona que acreditara una incapacidad suficiente, a la que se le aseguraba además un sueldo mínimo, vendiera o no y una comisión. Baste decir que, en aquellos años, hubo vendedores que sobrepasaban las 300.000 ptas mensuales, que era una pasta. Incluso había vendedores que robaban descaradamente, pero allí sobraba el dinero y nunca se despedía a nadie

Como no podían hacer un sorteo legal, PRODIECU aprovechaba el diario de la ONCE. Decir que llegó a facturar 50.000 millones de pesetas al año, es decir que se estaba comiendo literalmente a la tradicional organización de los ciegos, que andaban entonces por los 80.000 millones.

La pelea entonces de todas las delegaciones que había por toda España, era conseguir !pagar seguridad social e impuestos!, cosa a la que se negaban sistemáticamente las distintas delegaciones administrativas, aunque en algún caso se consiguió que colara. Andando el tiempo y como la lotería era ilegal y su promotor, todo hay que decirlo, ganó más millones que un torero y luego creo que se murió de cáncer, el Estado consiguió desmontar PRODIECU, pero la gran labor social de esta organización ilegal quedó patente cuando la ONCE se vio obligada a integrar en su seno a una enorme cantidad de minusválidos, muchos de los cuales continuan viviendo dignamente y con todo el derecho del cupón. Quien esto cuenta fue el abogado en Galicia de PRODIUECU y está orgulloso de haber colaborado en una lucha social que logró corregir una evidente injusticia hacia las personas desvalidas por cualquier clase de incapacidad.

Relato todo esto porque viene a cuento en relación con la polémica suscitada por el empadronamiento de los inmigrantes ilegales en España. Que en este pais hay muchas cosas absurdas, algunas propiciadas desde el poder político, lo sabe cualquiera que observe nuestra realidad social.

Una de ellas es el tratamiento hacia los llamados sin papeles. Resulta que tenemos leyes durísimas que castigan con cárcel de hasta ocho años al que favorezca la emigración clandestina. Y se considera tal actividad el ayudar no sólo a entrar en España, sino favorecer que se quede aquí quien ha entrado legalmente, por ejemplo como turista. Resulta que no puedes dar trabajo a un ilegal, so pena de incurrir también en ilícito penal, o en el mejor de los casos, de que te pongan una multa y te obliguen a pagar la seguridad social de alguien que, en teoría, no puede trabajar.


Así las cosas, dar trabajo a un inmigrante sin permiso para ello, que en realidad es un acto de solidaridad, siempre que se le trate bien y se le pague lo justo, se convierte en un delito o una infracción administrativa, de cuyas consecuencias responde únicamente el benefactor. Qué debe de hacer entonces el ilegal, morirse hambre, robar, presentarse a las autoridades para que lo devuelvan a su pais?

Como contrapartida a esta legislación tan estricta y absurda, los sin papeles gozan dede el primer dia por ejemplo de los servicios de la salud pública española, una de la más generosas, si no la que más del mundo mundial. Gentes que vienen de paises en donde la sanidad se paga y si no tienes dinero, pues te mueres y ya está. Gentes que no han visto una ambulancia más que de lejos, llegan aquí y se enteran de que llamando a un número de teléfono y diciendo que uno se encuentra mal, viene una ambulancia toda pastilla a buscarlo y llevarlo a urgencias, en donde te hacen toda clase de análisis y exploraciones, sin pagar un can.

Vayan Uds., vayan, por ese mundo de Dios y que no les ocurra ninguna enfermedad, que se van a enterar de cómo funciona la sanidad en la mayoría de los paises, incluyendo por supuesto y como paradigmático a yanquilandia. Si no hay peteta, no hay caramelo...Es decir, o tienes dinero, o seguro privado, o te quedas en la calle o en la sanidad de los pobres pobres, que da pena, la pobre... Hasta los ancianos tienen que pagar las medicinas, carísimas, que los dividendos de las compañías farmaceúticas no pueden bajar..

Pues ahora resulta que, según los informes de la Abogacía del Estado, o sea, del Gobierno de España, los ilegales de nuestro país pueden ser empadronados, o sea, dados de alta en un Ayuntamiento, con lo cual ya estamos empezando a legalizarlos. A mí me parece muy bien si no fuera porque esto se hace por motivos electoralistas, ya que hay algún partido que piensa le favorece. Pero sería mejor legalizarlos del todo y dejarse de coñas marineras, que los que están dentro, pues ya están y tendrán que ganarse el pan de cada día como todo el mundo. Y a partir de ahí, pues habrá que estrechar el tamiz del colador en las fronteras, para que pase quien tenga que pasar, como se hace en otros paises. Lo que no se puede hacer en nadar y guardar la ropa. !Si los de PRODIECU levantaran la cabeza! !Qué envidia!

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