martes, 31 de agosto de 2010

OTRA DE PANOLIS

Decía en mi artículo anterior, que somo un país de panolis, o que al menos lo hace parecer constantemente a nivel internacional.

Hablaba también antes de Marruecos y su policía. Resulta que hay algunos ciudadanos del reino alauita que han denunciado a la policía española, para lo que han contratado incluso a un abogado que acude a los juicios en jet privado. Otra cosa es quien paga sus servicios, que deben de ser suculentos, sobre todo por colaborar al montaje marroqí, contra nuestra policía, pobrecica ella, que se limita a cumplir la ley salvo pocas excepciones que confirman la regla de que siempre actua de forma democrática y con el reglamento en la mano.

Pues bien, ahí que se van unos cuantos ciudadanos españoles, se supone que amigos del Polisario y por supuesto al margen de cualquier clase de apoyo oficial español, a montarle el pifostio a los marroquíes en El Aiun. Claro, en cuanto llegan y tratan de manifestarse y abrir las pancartas, le caen a golpes, como se dice en Sudamérica, un montón de individuos, que no necesitan porras ni pelotas de goma, para disolver en un pis pas, la entusiasta manifestación de españoles a favor de la noble causa de los Polisarios.

Y uno se pregunta si nuestros ingenuos compatriotas sabían donde se metían o es que ya iban sabiendo a lo que se exponían. Porque llevarlas, las llevaron. Comparen Uds. la foto del abogado del jet privado, rodeado de sus clientes, todos lavadicos y peinadicos, maltratados por la policía española, según denuncian. Y ahora pongan al lado la foto de la mujer con los ojos hinchados a puñetazos producidos por la reacción marroquí ante una manifestación totalmente pacífica. Me parece que sobran los comentarios. Los que de verdad saben pegar, son los policías marroquíes. Nuestra policía, afortunadamente, ya ha perdido la costumbre y las mañas, que las tuvo en su día, como sabemos todos los que peinamos canas.

Me viene a la memoria el caso de un abogado de Vigo, panoli él también, al que se le ocurrió acudir a Turquia y apoyar en algún acto público o de protesta a los pobres kurdos. Claro, si no lo sacamos de allí entre todos, pues podría hasta estar pudriéndose en una cárcel turca, eso en el mejor de los casos.

De todas formas, si es por manifestarse en favor de los derechos humanos, podemos exportar voluntarios españoles, para sitios en donde es notorio que se respetan escrupulosamente. Por ejemplo, podemos mandar un comando a manifestarse a Teherán, para que no maten a pedradas a la pobre mujer acusada de adulterio.

Podemos mandar otro, por ejemplo, a Rusia, para que se manifiesten en la plaza Roja (no sé si ya le han cambiado el nombre), para protestar a favor de la libertad de expresión.

También a Mexico, a manifestarse contra las bandas de narcos, aunque nos los iban a devolver a trocitos.

Podemos mandar comandos de manifestantes de buena fe y totalmente pacíficos a tantos sitios…, aunque luego no nos sorprendamos ni nos quejemos, si los secuestran, los maltratan o los matan directamente. Y encima se nos van a reir, claro.

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