miércoles, 16 de febrero de 2011

LAS ARMAS EN SUIZA

Cuentan que el Ministro Castiella, al que recordarán con toda seguridad los que peinan canas, hizo un viaje a Suiza y regresó encantado del país. Su orden, su limpieza, su puntualidad, el respeto de las normas… Reunido con Franco para informarle, le expuso con entusiasmo todas estas maravillas del país helvético. El dictador, con su retranca gallega, se le quedó mirando y le dijo: “todo eso está muy bien Castiella…pero aquí, en España…, ¿dónde tenemos los suizos?”

Viene esto a cuento porque los suizos acaban de hacer un referéndum para decidir si quieren o no que la gente continue teniendo armas de guerra en sus casas. Digo yo que Suiza debe de ser el país más democrático del mundo, porque organizan una consulta popular hasta para cambiar el nombre de una plaza. Y nos dan lecciones en casi todo. Yo personalmente he adoptado una costumbre suya bien sencilla, que consiste en no entrar nunca en casa calzado, sino cambiar los zapatos por zapatillas a la misma entrada, como también hacen los japoneses, por aquello de que lo importante no es limpiar, sino no ensuciar.

Esta de las armas es una polémica que resurge de vez en cuando en países como Norteamérica, sin que se consiga eliminar ni limitar el derecho a poseerlas y portarlas, por las sencilla razón de que es un derecho consagrado en la cuarta enmienda de su Constitución, si no recuerdo mal. O sea, una de sus primeras normas fundamentales, lo que resulta lógico, teniendo en cuenta que los ciudadanos del nuevo país americano tenían que defenderse de los indios, de los bandidos y de las alimañas, y que el estado no tenía capacidad para contrarrestar todos esos peligros de forma eficaz, dado lo enorme y salvaje de su territorio. Así nació la institución del Sheriff, elegido democráticamente entre los vecinos, que hacían recaer el puesto en aquél que tuviera más valor y manejara mejor el revólver, que era prácticamente el único lenguaje que entendían los enemigos de la ley y el orden, los cuales pululaban como moscas a la miel.

Así que lo de Norteamérica se entiende y dado que ellos no cambian prácticamente su constitución, tienen armas libres para rato.

Pero ¿qué pasa con los suizos?. ¿Cómo se explica que tengan armas de guerra en sus casas?. Pues muy sencillo, porque el ejército suizo, por tradición, es en realidad una milicia popular, en la que participa todo el mundo. En realidad es el verdadero ejército del pueblo, que encima sale bien barato y que permite a un país tan pequeñito poner en pie de guerra a más de 1.500.000 soldados en un breve espacio de tiempo, cosa que no puede hacer ninguna otra nación del mundo.

Y porqué, con ese enorme arsenal en sus casas, no se dan en Suiza las cosas que pasan en EEUU, Udes ya saben, el tipo que llega a un colegio o un supermercado o cualquier otro sitio concurrido y empieza a disparar sin ton ni son, dejando un montón de muertos y heridos. Pero si hasta les pasó con un comandante en una base militar, que para más inri era el siquiatra que atendía a los soldados que volvían desequilibrados de Irak (casi todos). Y además resultó que era un mulsulmán integrista, que manda truco…

Pues la explicación es muy sencilla, porque son suizos, coño, que ya lo dijo Franco, que sería muy dictador, pero de tonto no tenía un pelo. La lección que sacamos de todo esto es que el problema no está en las armas, como tampoco está en que los automóviles puedan andar a 250 kilómetros por hora. El problema está siempre en las cabezas. Y si a un mono le das dos pistolas cargadas, pues mejor que pongas tierra por en medio. Y si a un lerdo que no sabe conducir, aunque él cree que si, le dejas un Porsche 911, pues lo más fácil es que se desgracie en la primera curva y se lleve a alguien por delante en su caso.

Esta es la pura realidad de las armas y de muchas otras cosas peligrosas. Ni las armas ni los coches en realidad son peligrosos, los peligrosos son quienes las manejas o utilizan indebidamente. Por eso está bien que los suizos sigan con sus armas de guerra y sus uniformes en sus casas y por eso, porque son suizos y bien sensatos, ni hacen mal uso de las armas y además votan en refendum (un 60%) que continuen en casita, que ahí están bien. Como ya dije, nos dan ejemplo de cordura y civilidad. ¡Qué envidia!

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