domingo, 6 de septiembre de 2009

EL BURKA NOS ATACA

Descubrí con sorpresa el burka hace muchos años, en un viaje a la India en el que estuve en la ahora tierra prohibida de Cachemira. Iba por la calle, en Srinagar, y de pronto ví venir a un ser extraño, no sabía si hombre o mujer, que llevaba una especie de sudario de color azul. A primera vista, no se sabía bien si iba o venía. Según me fui acercando, me fijé en que el personaje tenía una rejilla tupida de encaje, a través del cual se supone que veía, pero en realidad ni siquiera sus ojos podían ser percibidos.

Cuando pedí explicaciones al guía de la excursión, me dijo que se trataba de un atuendo típico de la zona, que llevaban las mujeres de una etnia determinada. Más tarde pude ver como una pareja de recién casados, entraba en el avión, que nos iba a conducir a Nepal, y ella vestía un burka de blanco inmaculado.

Pues bien, después del pañuelo que cubre el pelo, el velo que cubre la cara y el vestido negro que cubre todo el cuerpo, ahora le toca el turno al burka. Y se empiezan a ver en las ciudades europeas. La polémica está servida. Los defensores de las culturas autóctonas y del respeto a las religiones ajenas, mantienen que las mujeres musulmanas puedan vestirse con arreglo a su religión. Ellos tienen derecho a mantener su propia identidad y sus costumbres. Por su parte, comienzan a surgir muchas mujeres de esta creencia religiosa, que afirman sin empacho que ellas son libres y que se tapan la cabeza, la cara o todo el cuerpo porque así lo han decidido sin ninguna presión.

Naturalmente, si aplicásemos la regla de derecho internacional de la reciprocidad, para consentir estas formas de vestir, ellos, lo musulmanes de los países de donde vienen estas tendencias, deberían de soportar que nuestras mujeres, cuando van allí por turismo o por trabajo, puedan ir de minifalda y con escote. Es sabido que no es así y los moros que son en realidad quienes dirigen esta ridícula orquesta, aplican la ley que mejor conocen, que es la del embudo. O sea que si a una occidental se le ocurre vestirse como en su tierra, es que la pueden linchar por la calle. Y sin embargo ellos en Francia, Alemania o cualquier otro país de la Unión Europea, se permiten reivindicar la libertad de la que carecen en sus propios lugares de origen.

Para mi, la cuestión es muy sencilla. Una costumbre no es buena por el hecho de ser costumbre. Es buena si respeta los derechos humanos de las personas y si no, pues es mala y hay que erradicarla.

La costumbre del burka, que además es un invento muy nuevo, introducido por los pastunes en Afganistán a principios del siglo XX, no es que sea una costumbre perniciosa, es que una barbaridad, que atenta contra los derechos humanos más elementales de la mujer, a la cual se la imponen desde niña. Es propia de un sistema social medieval, represivo, injusto e inhumano, que hay que erradicar. Para mí, es equivalente a la costumbre de vendarles los pies a las mujeres chinas. Para acabar con tan bárbara práctica, el régimen comunista chino tuvo que recurrir a la represión más dura, incluidos los fusilamientos públicos del padre, el hermano, el marido y toda la troupe de descerebrados, que son en realidad los que obligan a las mujeres a llevar el burka y también quienes los llevan, aunque digan que están a gusto con él.

Ahora asistimos de vez en cuando a entrevistas de jóvenes musulmanas, incluso universitarias, que afirman llevar a gusto y voluntariamente todos estas ropas, que no son en realidad sino signos de sumisión de la hembra frente al macho impuestas por este mismo, sin que el Corán diga absolutamente nada al respecto. La prueba del algodón es muy sencilla. Se ivita a una comida a toda su familia, incluyendo abuelos, padres, hermanos, marido e hijos en su caso. También se invita a unos cuando amigos occidentales de la protagonista y a ser preferible ateos o agnósticos y si puede ser simpáticos.Y en medio de la comida…¡ta chan¡¡¡ La mujer liberada que lleva el burka, el sador o el pañuelo que tapa el pelo libremente, según dice, manifiesta a los presentes que, para demostrar que ella es una mujer libre y que anda así porque le da la gana, se lo va a quitar durante la comida y luego se lo va a poner. ¿Udes que creen que pasaría? Lo dejo a su imaginación, pero yo pienso que la reunión acabaría como el rosario de la aurora, es decir, a farolazos. Por su puesto, la mahometana “liberada”, que se prepare cuando vuelva a casa…si es que vuelve. Esta es la realidad de este triste asunto y el que lo dude y tenga una amiga musulmana como la descrita antes, que pruebe lo de la comida. A mi, que no me invite, porque no quiero ver correr la sangre, ni ser corresponsable moral de lo que pase luego con la buena señora musulmana.

El camino de progreso de la humanidad, no consiste en respetar todas las costumbres y todas la prácticas religiosas por muy arraigadas que estén y en donde estén, sino en trabajar a favor de la libertad, la dignidad y el bienestar del ser humano. Y ahí, el burka y otras bárbaras prácticas sociales, sobran. He dicho.

2 comentarios:

  1. Efectivamente, aunque este debate pueda llevar a contenidos más profundos sociologica e historicamente, el asunto es simple. El burka no pasa de ser un epifenomeno de una determinada estructura social. Estructura obsoleta propia de un sistema medieval (abandonado por la Humanidad hace ya más de 2 siglos) en el cual la teocracia ocupaba todas las esferas civiles de manera totalitaria, quierese decir, como un "todo" y fundamentada en estamentos o grupos: el todo, el colectivo marca y determina lo individual. Propio de culturas debiles y temerosas de la capacidad del individuo y que compactan voluntades a base de palo, piedras y rencor al enemigo, llamese "yihad", lucha contra infiel o como se quiera. Con ese precipitado de valores latentes para un colectivo, no habriamos salido de la caverna. No es etnocentrismo occidental. Es simplemente que la Edad Contemporanea ya pasa de los dos siglos en los que el hombre ha visto como para avanzar es necesario potenciar sus propias capacidades y en ello se han esforzado muchas personas para darse un marco de normas (que son acaso las leyes sino pactos sociales) y valores para cumplir de la manera más eficaz el objetivo ultimo de todo sistema social: su reproducción y reduccion de amenazas (Talcott Parsons dixit). Por ello tenemos normas de "ius cogens" internacionales y pensadores que matizan el buenismo y el totum revolutum relativista y neutro que a veces se nos cuenta sin advertir del peligro (lease Pluralismo y Multiculturalismo de G. Sartori). Con una dialectica hegeliana de contrastacion, el ser humano ha ido evolucionando para dotarse de medios que le den ese bienestar, desechando aquellos sistemas que ponian en peligro la propia especie como ser vivo que debe reproducirse para no extinguirse.Progreso se llama. Y ante las amenazas no se puede ser dubitativo o neutro como a veces nos quieren inculcar. Algunas de ellas son la discriminacion o la violencia que se reflejan en aspectos a primera vista baladies y que parecen no debian molestarnos. No me molesta el burka en sí, sino como poder simbolico de amenazas subyacentes de una determinada estructura de pensamiento y de organizacion social que no considera al individuo en su "individualidad" y lo somete a un "todo": "el individuo sin el todo no es nadie" Ese es el verdadero germen de lo que luego se dio en llamar Totalitarismo como Teoria del Estado y en cuyas consecuencias no profundizaré pero son de todos conocidas. Esto supone agredir comportamientos individuales que no respetan los valores del individuo como tal, sea de donde sea. El resto se llama relativismo metodologico y acaba en la ablacion en algunos lugares, el apedreamiento en otros, los latigazos o la privacion de la vida (silla electrica incluida), uno de esos principios inviolables para la subsistencia que se ha dado el hombre por normas de "ius cogens" de Dº Internacional: el de no poder disponer de la vida del otro y sí de las Leyes y Pactos sociales al efecto establecidos.

    Resumiendo y extrapolando a la inversa: ¿alguien ha visto a un judio inmolandose en un restaurante bávaro para defenderse de los ataques sufridos? ¿a un budista incendiando una mezquita por haberle quemado sus Budas los talibanes?

    Quiero decir y acabo, que las diferentes culturas deben pensar qué deben hacer para mejorar la "reproduccion de los sistemas sociales". Integracion con coherencia: si no le admites al projimo sus valores en tu sistema social, no pretendas imponerle los tuyos en el sistema ajeno. Eso se llama confrontación o desintegración, antonimo de integración, esto es, progreso.

    Tambien he dicho. Saludos

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  2. Matiz: cuando me refiero a "progreso" lo hago en mayusculas: PROGRESO BIOLOGICO (los sistemas sociales se estudian como seres vivos) E INTELECTUAL, que nos ha sacado de las cavernas. Otras connotaciones demagogicas del concepto las dejo para manoseo politico

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