jueves, 2 de julio de 2009

EL COCHE HIBRIDO

Hoy no voy a escribir sobré Irán, los nacionalismos españoles, la guerra de las lenguas o los golpes de estado de las repúblicas bananeras. Hoy voy a hablar de coches, concretamente de los híbridos.

Tuve ocasión de probar por primera vez un Toyota Prius en el Forum 2004 de Barcelona. Desde entonces ahora, han pasado cinco años y sin embargo parece que los conductores y los taxistas concretamente acaban de descubrir el invento.

En mi prueba por las calles de la ciudad condal, confieso que quedé maravillado con el funcionamiento del coche. Imagínense estar parado y arrancar sin ruido alguno, con más fuerza que un motor de gasolina equivalente, de forma que siempre eras el primero del semáforo, consumiendo muy poquito y contaminando también mucho menos que un motor convencional. El cambio de marchas…, pues simplemente no tiene, porque es una palanquita junto al volante con marcha adelante, atrás y una reductora para la cuestas pronunciadas. Puedes estar bajo un sol de justicia, con el motor parado y el aire acondicionado funcionando. Puedes aparcarlo al milímetro regulando el acelerador con toda precisión.

En fin, el coche híbrido, sea el Toyota u otros que ya existen (yo hablo del que conozco y también he probado el Lexus, que es lo mismo, pero elevando notablemente el lujo y la potencia), es una auténtica gozada de conducir, sobre todo en ciudad.

Tanto es así, que se trata a mi juicio del coche más racional que hay hoy en día en el mercado, a la espera de los eléctricos, que de momento al menos tienen el problema de la falta de autonomía y de potencia.

La base del coche híbrido, para el que no lo sepa, reside en una inteligente combinación entre un motor eléctrico y otro térmico de gasolina en este caso, de forma que los dos están interrelacionados y cuando las baterías bajan de carga, el motor de combustible se pone en marcha por su cuenta y les proporciona energía eléctrica. Se puede circular sólo con el motor eléctrico hasta cierta velocidad y si se pide toda la potencia, los dos motores empujan al unísono. El motor eléctrico hace de motor de arranque para el térmico y los frenos también ayudan a la carga de las baterías.

El invento funciona y funciona muy bien y el resultado no puede ser sino óptimo, porque resulta imposible por ejemplo, abusar del motor del coche. Simplemente, no se deja. No cabe, por ejemplo, pasar del vueltas el motor, porque él se encarga de regular las marchas y la velocidad máxima, limitada electrónicamente.

La comodidad de conducción es muy superior a la de un coche convencional y eso repercute también en la seguridad activa. Creo que todos los conductores deberían de probar un híbrido, el Toyota, el Honda o cualquier otra marca. Pienso que la mayoría se convencería de es una opción más que razonable para los tiempos que corren.

2 comentarios:

  1. Civis, es de agradecer la información en el perfil, algo escueta de más pero bueno. Me parece una opción excelente estos coches pero no se si el costo del mismo rebaja las ventajas del consumible, desde luego en cuanto al medio ambiente se ve excelente a ver cuando la prueba se extiende por los concesionarios. Yo fui con una amiga a tres concesionarios hace dos meses a comparar un coche y en ninguno nos ofrecieron nada semejante. Habrá que esperar.

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  2. Gracias por la información. Le sobra lo de nombrar marcas, pero, en compensación, en pocas palabras nos explica lo que dichas marcas llevan tiempo y millones intentando explicar.

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