jueves, 23 de julio de 2009

GIBRALTAR ESPAÑOL

Nuestro ministro de asuntos exteriores ha entrado en Gibaltrar a negociar. Es el primero que lo hace, desde el tratado de Utrecht.

El tan nombrado convenio entre España e Inglaterra, vino a establecer la propiedad perpetua a favor de los ingleses de la fortaleza, que las tropas españolas no habían conseguido conquistar. Ya que estaban dentro y a cambio de otras compensaciones que consideró mucho más importantes, nuestro rey de entonces, Felipe V, aceptó el tratado, dando lugar a lo que hoy en día es un trozo de la perfida albión en territorio español. Conviene saber lo que dice textualmente el documento, en su artículo X:

Articulo X. 13 de Julio de 1713:

"El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.

A la vista de lo que expresa el tratado, parece que los británicos tienen razón en conservar la propiedad del Peñón. También el zar de todas las Rusias, en 1.867, vendió Alaska al Estado Norteamericano y no se les ocurre a los rusos reclamar que se lo devuelvan.

Cuestión distinta es la de las aguas que rodean Gibraltar y el terreno donde los ingleses hicieron por su cuenta el aeropuerto. Basta leer el famoso tratado para saber que ese terreno ha sido usurpado a España, empleando la técnica del clavo y el cuadro, en la anécdota que se contaba de la orden de monjitas a la que prestan una casa y se van haciendo dueñas de ella a base de colocar cuadros en las paredes…

Los ingleses hicieron algo parecido, aprovechando cási siempre de situaciones difíciles para España, como la guerra contra los franceses, en que fueron nuestros aliados o la segunda guerra mundial, en la que eran nuestros enemigos potenciales y el régimen de Franco muy débil internacionalmente.

Así que, en realidad, vendido un trozo del país, pues vendido queda. Algo parecido nos pasó con Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Hay que leer el tratado de paz con Norteamérica y se saca enseguida la consecuencia de cómo eran las cosas por aquél entonces.

En resumen, que la Gran Bretaña no va a soltar Gibraltar de ninguna manera, salvo que lo quisieran los gibraltareños, los cuales no están por la labor, porque viven muy bien como están, en un pequeño pais, apoyado por una gran potencia, subvencionados, paraíso fiscal, con sus propiedades también en España. En suma, tanta razón tiene Gibraltar para existir como Andorra o incluso Mónaco o Linchestein.

Así pues, lo que hace falta es paciencia y seguir negociando con el Reino Unido, que es quien manda en realidad en el sitio. Mientras tanto, la visita de Moratinos no deja de ser un buen ejercicio de pragmatismo, pues se trata sobre todo de regular cuestiones que afectan a España y a Gibraltar, con la prioridad de que la disputa no acabe beneficiándo a los contrabandistas, los que contaminan las aguas de la bahía de Algeciras, los que blanquean dinero y toda esa fauna al margen de la ley, que pululan en lugares pintorescos como este, que no dejan de ser una reliquia política del pasado y que más tarde que pronto, sobre todo en cuanto pierda los privilegios que ostenta y que hoy no tienen justificación alguna, acabárá integrandose en España, de donde nunca debió salir, cuando un rey del siglo XVIII, vendió a los ingleses una fortaleza y trozo de su territorio, con pueblo dentro.

1 comentario:

  1. Mes sorprende que cazlifique la visita del ministro de Exteriores español como "·un buen ejercicio de pragmatismo, pues se trata... de regular cuestiones que afectan a España y a Gibraltar".
    No, señor mio, con los únicos que España puede y debe tratar de "cuestiones que afectan a España y a Gibraltar", es con el Reino Unido.Que el Sr. CAruana no es Ministro de Gibraltar, sino , simplemente, su Señor Alcalde.

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