ALONSO Y FERRARI, POR FIN

La noticia ya se ha hecho esperar, pero cuando vi por televisión a Emilio Botín, el jefe del Santander, afirmar que él no era el encargado de contratar a Alonso como corredor de Ferrari, pensé enseguida que precisamente era él el único encargado. Poderoso caballero es Don Dinero, decía mi abuela. Y cuando este Banco decidió apoyar económicamente a la escudería italiana, para mí la cosa estaba clara. A quien estaba apoyando era a nuestro mejor corredor de fórmula uno.

Solo decir que, como aficionado y como español siento una particular alegría de que Alonso haya llegado por fin a la escudería con más prestigio y tradición de la gran carrera de los coches más veloces y sofisticados de nuestra época.

También es cierto que la responsabilidad es grande para nuestro campeón, porque ahora ya no hay excusas para hacer podio. Ahora lo tiene todo, en lo que a máquina, equipo y tecnología se refiere. Incluso tiene el lujo máximo de contar con Schumaker de asesor del equipo.

Los dos campeonatos del mundo con Renault fue algo increíble, en cuyo logro tuvo mucho que ver, creo yo, el asturiano. Pero ahora lo tiene bien fácil. Hay máquina y hay piloto, el campeonato del 2.010 espera. Y, en el peor de los casos, el espectáculo, que es lo que es la fórmula uno, está completamente asegurado.

Sólo cabe felicitar a Fernando Alonso y al Sr. Botín por haber entrado en Ferrari. Al primero porque ahora tiene de verdad opciones a un nuevo campeonato. Al segundo porque ha apostado fuerte por el campeón español y eso hay que agradecérselo, pues sin dinero no se mueve nada, pero en el campeonato de los bólidos más rápidos, mucho menos.

Quedamos a la espera de que comience la temporada. Lo vamos a pasar bien. Sobre todo porque ya auguro desde ahora que el duelo va a ser entre el inglés Hamilton y el español Alonso. Van a saltar las chispas, como debe de ser en el deporte para que la gente se ilusione. De momento, la combinación Ferrari-Alonso es la mejor posible. A ver que pasa.